“La guerra ha llegado a nuestra casa”: la aduana estalló en la frontera y los rusos se quemaron en la red

Los rusos están de nuevo en estado de pánico e histeria. Esta vez, por un incendio en la aduana de la frontera con Ucrania.

Todo, como siempre, es llanto en los canales de Telegram. El incendio se produjo el 15 de septiembre, aproximadamente a las 18 horas, iban a conducir equipos hasta allí, según Canal 24.

Los propagandistas se encogen de hombros

Pánico con una pizca de descontento se propagó en las redes sociales el principal propagandista del Kremlin, Vladimir Solovyov. Por ejemplo, necesitas movilizar equipos en las áreas fronterizas, enterrar la defensa profundamente. Dice “la guerra ha llegado a nuestra casa”. Además, no entiende quién lo ordenó y cómo, que iban a tomar Kyiv en tres días y en medio año tendrían que cavar trincheras en casa. Pero al final, el propagandista reduce todo a que luego lo resolverán.

Las autoridades de la región de Belgorod culpan de todo a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Están bombardeando las áreas fronterizas, pero no cruzan la línea. Al mismo tiempo, no dicen nada de que debes seguir las reglas de seguridad y fumar en lugares destinados solo para esto.

En el público local, la histeria y los murmullos se extendieron a una velocidad inaudita. Parece que los rusos están realmente asustados. Pero no pueden hacer nada. Simplemente no entienden dónde están sus “defensores” del “segundo ejército del mundo”. Los mismos que huyen descaradamente de Ucrania.

Comentarios histéricos de rusos/Foto captura de pantalla de redes sociales

La histeria de los rusos por los bombardeos no es la primera

  • La población de la el país del agresor no entiende lo que está pasando. Prometieron tomar Ucrania en tres días con fuertes “victorias”. En cambio, la guerra ha estado ocurriendo durante medio año, sin “victorias”, solo sanciones y soldados muertos y retiradas. Cada vez hay más “algodón” en la frontera. Por lo tanto, Rusia está ardiendo y la gente se está poniendo histérica.
  • Estas rabietas son sorprendentemente cínicas y crueles. Por ejemplo, los rusos no pudieron calmarse después de la visita de Vladimir Zelensky a Izyum liberada el 15 de septiembre. Les molestaba que sus militares no bombardearan la ciudad cuando el presidente de Ucrania estaba allí.

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