
La jefa del Partido Liberal Democrático de Japón, Sanae Takaichi, fue elegida como la primera mujer primera ministra del país. Se convirtió en la jefa de gobierno número 104 de Japón.
Esto fue informado por la publicación Kyodo.
Sanae Takaichi – Primer Ministro de Japón
El ex ministro del Interior japonés, Sanae Takaichi, fue elegido jefe de gobierno tras una votación en el parlamento. Fue aprobada por ambas cámaras del parlamento como sucesora de Shigeru Ishiba, ya que las fuerzas de oposición no pudieron nominar un candidato común.
Ahora observando
En la votación de la cámara baja, Takaichi, de 64 años, ganó con 237 votos en la primera ronda. Para evitar una segunda vuelta, un candidato debe recibir 233 votos.
Se informa que el emperador japonés Naruhito aprobará la elección de Takaichi como primer ministro el martes.
Anteriormente, el gabinete japonés, encabezado por el Primer Ministro Shigeru Ishiba, dimitió en vísperas de la votación parlamentaria prevista sobre la candidatura de un nuevo primer ministro.
Según informes de los medios, Takaichi ha elegido a su principal rival en las elecciones a la cabeza del PLD, Shindiro Koizumi, como nuevo Ministro de Defensa. Su otro oponente, Yoshimasa Hayashi, se convertirá en jefe del Ministerio del Interior. El ex Secretario General del Gabinete japonés, Toshimitsu Motegi, probablemente asumirá el cargo de jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Recordemos que a principios de octubre, Sanae Takaichi ganó la segunda vuelta de las elecciones para jefe del gobernante Partido Liberal Democrático.
Sanae Takaichi: lo que se sabe
64 años, Sanae Takaichi es conocida por sus opiniones duras sobre la seguridad y aboga por una revisión de la constitución japonesa, es decir, la renuncia del país al militarismo.
Takaichi es considerado un partidario de puntos de vista nacionalistas y de derecha. Es miembro de la organización ultranacionalista Nippon Kaigi.
Ella es una oponente de China y ha visitado repetidamente el Santuario Sintoísta Yasukuni, que es un símbolo del militarismo japonés. Las visitas a este templo por parte de funcionarios japoneses de alto rango provocan tradicionalmente una fuerte reacción en Beijing, Pyongyang y Seúl.
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