Esto es una bofetada a Putin, – politólogo sobre la reacción del Kremlin a los acontecimientos en la región de Kursk

Esto es una bofetada a Putin”, dijo la politóloga Anzhelika Galesevich sobre la reacción del Kremlin a los acontecimientos en la región de Kursk

Esto es una bofetada a Putin, politólogo sobre la reacción del Kremlin a los acontecimientos de la región de Kursk

Si bien Ucrania no hizo comentarios oficialmente sobre los acontecimientos en la región de Kursk, los medios rusos cubrieron activamente la operación de el ejército ucraniano. Obviamente, el régimen de Putin no estaba preparado para esto, por lo que la reacción fue apropiada.

Probablemente el dictador ruso Vladimir Putin simplemente no fue informado sobre esto, por lo que apenas mencionó la región de Kursk en las reuniones. Sin embargo, de momento la situación ha cambiado. El politólogo Vladimir Fesenko dijo al Canal 24 que el Kremlin ha comenzado a trabajar de manera más sustancial en esta dirección.

Lo que mostró el silencio del Kremlin en los primeros días de la operación en la región de Kursk

En los primeros días, la reacción del Kremlin a la operación ucraniana en la región de Kursk fue completamente inadecuada, como lo notaron incluso los medios de comunicación rusos. Quizás tenían miedo de contarle a Putin noticias desagradables, por lo que no estaban completamente informados.

Posteriormente tuvo lugar una reunión con los interinos. El gobernador de la región de Kursk, Alexei Smirnov, así como líderes militares y funcionarios de seguridad. Hubo rumores de que uno de los asistentes del líder ruso, Alexei Dyumin, que participó en la ocupación de Crimea en 2016, fue asignado para controlar la situación en la región.

Creo que los rusos comenzaron a tratar la región de Kursk de manera más sustantiva y correcta. Pero pública y oficialmente no quieren reconocer el hecho mismo de las hostilidades. Después de todo, como señalan acertadamente los medios de comunicación, esto es una bofetada a Putin, señaló el politólogo Vladimir Fesenko.

Se trata de admitir que el ejército ruso fue derrotado en la región de Kursk; que Putin no logró proteger el territorio canónico de Rusia. Así, los rusos reconocen que las tierras ucranianas ocupadas no pertenecen a Rusia. Es el miedo a aceptar su derrota lo que obliga al dictador a restar importancia a la importancia y la escala de los acontecimientos en la región de Kursk.

Cuál es la situación en la región de Kursk: mira el mapa

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