No habrá más obsequios para Erdogan: ¿por qué Putin abandonó el acuerdo de cereales?
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Vitaly Portnikov
Rusia en realidad declaró un bloqueo naval Ucrania. El Ministerio de Defensa ruso ha declarado que todos los barcos, independientemente de su bandera, que se dirijan a puertos ucranianos a partir de la medianoche del 20 de julio se considerarán involucrados en el conflicto militar.
COLUMNAS
Erdogan vive en sus propias ilusiones
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha anunciado previamente la terminación del acuerdo de granos. Esto supone la retirada de garantías para la seguridad de la navegación, así como el cierre del corredor humanitario marítimo y del centro de coordinación conjunta en Estambul.
Por lo tanto, el Ministerio de Defensa ruso, al declarar de facto un bloqueo naval de Ucrania, está actuando en el marco de las tareas que le fueron asignadas por Vladimir Putin. Esta es una decisión bastante seria, que debería refutar la posibilidad misma de que alguien pensara en las posibilidades de realizar su propio viaje marítimo con grano sin el consentimiento de Rusia.
Ucrania subrayó que discutiría con sus socios, la ONU y Turquía la posibilidad de organizar convoyes marítimos en el Mar Negro. Es precisamente esta opción la que ahora Rusia va a impedir con su anuncio real de bloqueo naval.
Cabe señalar que Putin aún no ha hablado con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien prometió contactar a su homólogo ruso y enfatizó que tenía una posición común con Putin sobre la continuación del corredor de granos. Una vez más nos convenció el desparpajo del líder turco y que él, como muchos políticos de tipo autoritario, vive más de sus propias ilusiones sobre la situación internacional que de una idea real de lo que está pasando.
Putin hizo lo que quiso durante mucho tiempo
Erdogan todavía no parece entender que le debe la prórroga del acuerdo de cereales únicamente a los hecho de que Putin estaba interesado en su victoria en las elecciones presidenciales turcas, esperando que esta victoria ayudara a reforzar las tendencias antioccidentales en la política exterior turca. Al menos, más que si el candidato opositor Kemal Kilicdaroglu ganara las elecciones.
Putin calculó mal hasta cierto punto, porque Erdogan ahora está tratando de encontrar un lenguaje común con los Estados Unidos, abandonó un mayor bloqueo de la integración euroatlántica de Suecia, abogó por la admisión de Ucrania en la OTAN e intentó extender el acuerdo de granos.
Sin embargo, Putin ahora no necesita hacer nuevos regalos al líder Turquía. Es por eso que hizo lo que quería hacer literalmente desde las primeras semanas después de que el acuerdo de granos comenzó a funcionar: retirarse de este acuerdo. Lo único que impidió a Putin fueron las elecciones presidenciales en Turquía, donde no quiso interferir en la victoria de Erdogan. Ahora nada detiene a Putin.
Estos ultimátums, que continúa lanzando como condiciones para el regreso de Rusia al acuerdo de granos, no parecen un deseo de lograr resultados reales, sino un intento de justificar su decisión.