La OTAN debe decidir cómo serán los próximos 50 años
Autor de la publicación< p _ngcontent-sc95="">Valery Pekar
No tengo expectativas para la cumbre de la OTAN. Porque en el corazón de todo lo que está sucediendo hay una gran incertidumbre fundamental: el destino futuro del norte de Eurasia.
La principal incertidumbre en el futuro
Estados Unidos y Europa no entienden qué hacer con Rusia. Ya no creen en la democracia en Rusia (espero), tienen miedo a la autocracia (porque esto es una guerra y el fortalecimiento de China), tienen aún más miedo al colapso (porque esto es caos y un fortalecimiento aún mayor de China ), no están de acuerdo con la descolonización (por ahora).
Mientras exista esta gran incertidumbre, mientras no haya una imagen del mundo de la posguerra, la guerra no terminará por completo. Hasta el final de la guerra, la OTAN no entrará como participante de pleno derecho. En consecuencia, las perspectivas de Ucrania también serán promesas sinceras, generosas pero vagas.
Por supuesto, otros factores también son importantes.
- La incertidumbre política interna en los Estados Unidos (esto no se trata solo de la competencia entre partidos, sino también del equilibrio entre asuntos internos y externos).
- La incertidumbre del equilibrio entre EE. UU. y Europa en la propia OTAN (Europa está acostumbrada a hacer menos y obtener más).
- Los deberes de Ucrania quedaron sin cumplir (porque nadie necesita un gran país con un gran ejército y una democracia inestable).
- Ambiciones turcas que van mucho más allá de décadas anteriores.
- Oportunismo húngaro, del cual todos están cansados, pero no saben qué hacer.
- Incertidumbre alemana sobre cuán empinada será la Zeitenwende (reversión del tiempo) y la confrontación entre los partidarios de una inversión aguda y suave.
- La crisis general de las instituciones mundiales, con las que no está claro qué hacer.
Pero la principal incertidumbre es el destino de Rusia y el panorama del mundo de la posguerra. La OTAN se creó para contrarrestar la amenaza soviética, luego la amenaza desapareció, la OTAN se relajó y se disipó, y ahora, de hecho, tenemos que determinar cómo serán los próximos 50 años. No hay una imagen general, lo que significa que todavía no hay expectativas.
Pero con el tiempo, llegará la nitidez y luego obtendremos respuestas claras.