“Solo una cosa nos mantuvo en el mundo”: recuerdos de la defensa de Azovstal
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ver online MEDIOS OCCIDENTALES SOBRE UCRANIA LA GUERRA DE RUSIA CON UCRANIA 24 Columnas del canal “Solo una cosa nos mantuvo en el mundo”: memorias de la defensa de Azovstal “Solo una cosa nos mantuvo en el mundo”: memorias de la defensa de “Azovstal” 16 :02, 23 de abrilLea las noticiasUcranianoAutor de la publicación
Bogdan Krotevich “Tavr”
Recuerdo cómo florecieron las amapolas ” Azovstal”. En un infierno constante, pequeños detalles que antes parecían insignificantes levantaban la moral. Lea más en la columna del autor para el sitio web del Canal 24.
Todos deberían haberse beneficiado
Casi no contamos los días de los combates, fuimos empujados hacia el territorio de Azovstal y completamente acordonados tras la caída de la planta de Ilich.
Muchos resultaron heridos. Después de sobrevivir a varias heridas y recuperarse en un hospital improvisado, los combatientes se alinearon y volvieron a la batalla. Los comandantes, los oficiales de estado mayor y la retaguardia estaban en la primera línea. No había otra opción, todos tenían que ser útiles y seguir órdenes.
Poca comida, poca agua, menos municiones. Los helicópteros en ese momento ya no podían alcanzarnos. La dinámica de las batallas de asalto disminuyó ligeramente, el enemigo rotaba.
Una despedida cada noche
La aviación rusa bombardeó sin piedad el territorio de la fábrica con aviones bombas Todo parecía una luna, un cráter sobre un cráter. En comparación con las bombas aéreas, la artillería enemiga ya no se consideraba nada peligrosa. Las explosiones de minas de 120 mm a unas decenas de metros parecían algo habitual y no provocaban ninguna reacción.
El cansancio se sentía en todo. La insuficiencia de todo y los combates incesantes entorpecían el sentido de autoconservación, y todos los días pensábamos en el último. Todas las noches nos despedíamos, y cuando nos veíamos nos regocijábamos como niños.
Probablemente, nunca hemos sido más reales que entonces. Vivíamos cada día, hora, minuto como el último. Nada nos mantuvo en este mundo excepto cuidar de nuestros hermanos.