Envidio un poco a los finlandeses. Por supuesto, en el buen sentido. Merecen ser miembros de la OTAN. Su guerra de 1939 se convirtió en parte del ADN de la nación, como lo es y lo será el nuestro en el futuro.

La OTAN consiguió el Mar Báltico

Lo que significa que la adhesión de Finlandia, y posteriormente de Suecia, es increíblemente más amplia que esta historia simbólica.

Rusia obtiene una nueva frontera con la OTAN, y los países escandinavos ya acordaron controlar todos los aviones de combate. – y hay más de 250 de ellos – como un solo grupo. El Mar Báltico se está convirtiendo prácticamente en la OTAN.

Además, el equilibrio de seguridad en el Ártico ya es casi imposible para Rusia. Estoy seguro de que el presidente ruso, Vladimir Putin, está tratando de convencer al líder chino, Xi Jinping, para que ayude a reconstruirlo, porque Rusia ya no es capaz de hacerlo, incluso con recursos humanos y militares adicionales.

Pero junto con la envidia “blanca” de los finlandeses, me preocupa mucho la discusión que está cobrando fuerza en Occidente. Por ejemplo, Ucrania debería ocupar el lugar de Finlandia. Por supuesto, no literalmente, sino en el sentido de “finlandización”. Es decir, “el movimiento hacia la UE -sí, pero el movimiento hacia la OTAN- que esperen tiempos 'mejores'”. Después de todo, una decisión de pasar a la OTAN significaría “un conflicto militar directo con el Kremlin, y esto es una línea roja”.

¿Qué garantías necesita Ucrania?

Exhibir las líneas rojas en el Kremlin son siempre una debilidad que experimenta casi a nivel animal. Pero una parte importante de Occidente quiere derrotar a Rusia a través de la estrategia de los “mil cortes”, y esa lógica se adapta a esta estrategia para algunos en Occidente. Así como, lamentablemente, el argumento sobre la fuerza de nuestras Fuerzas Armadas, ya que existe una tentación estratégica y táctica de usarlas a ellas y a Ucrania en su conjunto para contener al régimen ruso.

Por lo tanto, independientemente de la marco de tiempo de la membresía de la OTAN, necesitamos garantías que Finlandia y Suecia recibieron de los estados nucleares de la OTAN al momento de la entrada. Solo un diseño de seguridad de este tipo será estable, ningún otro. Hay que repetir el camino de Finlandia, pero sin “finlandización”.