Ucrania nunca se congeló en invierno: qué pasará ahora con la estrategia del Kremlin
Si profundizas en la propaganda enemiga, refleja la situación real en Rusia y la efectividad de su operación especial. Por lo tanto, el enemigo debe lograr a toda costa un retraso, tiempo para reagruparse, movilizarse y reunir reservas. Este Canal 24 dijo el politólogo Peter Oleshchuk.
Aterrorizar a la gente y pedir la paz
Como señaló Oleshchuk, la propaganda rusa utiliza activamente la retórica pseudopacífica. Recordemos las tesis sobre el alto el fuego, las negociaciones y la paz.
Los rusos saben muy bien, está convencido Oleshchuk, que no pueden lograr ningún resultado favorable por medios militares.
“Es por eso que, por un lado, están desplegando el terrorismo contra los ciudadanos ucranianos: la destrucción de la infraestructura crítica no se puede llamar de otra manera. Por otro lado, comienzan una balalaika de propaganda que debemos poner de inmediato, de lo contrario, todos se congelarán”. Europa morirá de hambre y esas tonterías”, explica Oleshchuk.
Enfatiza que el hecho de que el invierno haya terminado no significa el final de los ataques con cohetes y la propaganda pseudopacífica. Todo esto continuará en nuevos formatos y otros discursos, con tesis actualizadas.
“¿Qué más pueden inventar? Continuarán esta historia”, resumió el politólogo.
Intentos de interrumpir el suministro de armas
- Rusia es consciente de que hay pocas perspectivas en el campo de batalla. En consecuencia, habla constantemente sobre la supuesta “apertura” a las negociaciones.
- ISW señala que tal retórica del Kremlin tiene como objetivo ralentizar la transferencia de armas a Ucrania. Por ejemplo, Rusia está lista para las negociaciones, por lo que no hay necesidad de apresurarse a proporcionar tanques y otros equipos.
- Nuestro enemigo está haciendo esto deliberadamente, porque quiere retrasar la contraofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que debe tener lugar en la primavera. Todo el mundo vio cuán poderosas fueron las operaciones anteriores, por lo que el miedo a los invasores está bastante justificado.